“Una organización de éxito, sólida y duradera necesita que en ella, y alrededor de ella, se ejercite y practique el amor”.
Antonio Argandoña, economista español.
EUSKERA INVESTIGA
Ya sea una empresa o el servicio público, todo lugar es tan aceptable como cualquier otro para conocer a alguien y formar una relación, de cualquier tipo. Pero, las palabras del premiado economista español, Antonio Argandoña, pueden malinterpretarse fácilmente.
El área más turbia del Municipio de Durango se ha vuelto, irónicamente, su Unidad de Transparencia, encabezada hasta este momento por Michel Segismundo Rodríguez. La incompetencia del organismo fue exhibida recientemente por el regidor Antonio Morales, quien reveló la existencia de al menos una denuncia contra el Municipio, Regidores, Síndica y, por supuesto, el Alcalde, Antonio Ochoa, por omitir sus obligaciones de transparencia, al menos desde el año pasado.
Pero lo que surgió después de esta noticia no solo le dio tintes telenovelescos a la historia, sino que reveló que el servicio público, la integridad, la imparcialidad y el compromiso son para algunos solo un juego de niños.
LA VERDAD, A SEGUNDO PLANO
Michel Segismundo es actual pareja sentimental de Paulina Compean, comisionada presidenta del Instituto Duranguense de Acceso a la Información Pública (IDAIP). El conflicto de intereses en esta relación no hubiera sido evidente si no fuera porque a partir de su vínculo amoroso, ambas instituciones dejaron de funcionar correctamente al tratarse entre ellas cuestiones relacionadas con la transparencia del municipio y en perjuicio de duranguenses que veían en el IDAIP a una institución honesta y defensora de la verdad. Paulina le hacía la tarea a su novio, un “junior” despreocupado, que fue colocado en el puesto contra su voluntad para que se le pagara un favor político a su padre.
Desde el 2023, cualquier denuncia o queja contra el Municipio que llegara al IDAIP ha sido inmediatamente “bateada” por orden de Paulina, para proteger a su novio, y por consecuencia a su jefe, el alcalde. El trato fue muy conveniente para Antonio Ochoa, hasta que el regidor, Antonio Morales, reveló las inevitables consecuencias de este trato afectivo y opaco entre el Municipio y el IDAIP que fue, literalmente, sellado con besos.
VERGONZOSA INEFICACIA
Esperando que el tema se aplaque en un Durango donde la estrategia más desgastada y común es esperar a que todo se olvide, el alcalde prometió frente a reporteros una revisión a todas las áreas municipales, evadiendo la vergonzosa exhibición de la que fue objeto por culpa de su funcionario. Dicho ajuste no ha ocurrido.
Lo comentarios corren rápido y cada vez más fuerte entre las dependencias del Municipio, donde por fin quedó claro de dónde venía el imperante interés de Toño Ochoa en cuidar a Michel Segismundo, su “tapacloacas” particular y actual vicerrector académico de la Universidad España… ese funcionario enamoradizo que ni siquiera se toma la molestia de pisar su oficina en toda la semana, al que le llevan oficios para firmar a las 2:00 de la tarde, hasta la comodidad del Hotel Posada San Agustín, donde venden su café preferido. El “junior”, hijo del dueño de una universidad que entierra su inexistente credibilidad y se lleva consigo la de Antonio Ochoa, Paulina Compean y la del todo el IDAIP, así como lo poco que queda de la agonizante transparencia duranguense.
EN LA MIRA
En la siguiente entrega de TESTIGO PROTEGIDO… Las ‘perronas’: el primer negocio millonario de Ochoa.