EUSKERA

Durango, México.- Cargaron con pantallas, proyectores, material didáctico y hasta artículos de higiene personal. Al terminar su saqueo, los ladrones destruyeron todo lo que encontraron a su paso. Con tijeras rompieron cortinas, derramaron pinturas en el piso, esparcieron documentos y quebraron mobiliario y ventanas. Los vecinos del fraccionamiento Guadalupe dieron aviso a la Policía, pero cuando llegó era demasiado tarde.

El hecho se registró la noche del lunes 1 de abril en el Jardín de Niños Francisco de Goya, una escuela con 130 alumnos que a lo largo de la última década se ha vuelto víctima frecuente de robos. La ausencia de vigilancia policial y el desdén de autoridades educativas la han vuelto blanco fácil de delincuentes.

Este hecho es el último de cinco robos registrados en los últimos dos años. Anahí Hernández, directora de la escuela, ha pisado la Fiscalía General del Estado de Durango (FGED) al menos una ocasión en cada ciclo escolar desde que está a cargo de la institución. “Esto nos entristece y desmotiva; la escuela es más que nuestro trabajo, es nuestro segundo hogar”, explica mientras ofrece un recorrido por los espacios afectados.

Los ladrones se tomaron su tiempo. Con herramientas que abandonaron dentro de la escuela, rompieron las chapas de 15 aulas e irrumpieron en al menos nueve de ellas. Tomaron cada artículo que consideraron de valor, mientras que el resto lo destruyeron de alguna manera. Luego de dos días de diligencias por parte de peritos, el personal de la escuela dedicó los últimos días del periodo vacacional de Semana Santa, de mañana y tarde, a la reparación y limpieza de los espacios, para que el martes 8 los alumnos pudieran regresar a las aulas sin complicaciones.

Pese a que dieron aviso oportuno a la Secretaría de Educación del Estado (SEED), el titular de la dependencia, Guillermo Adame Calderón, minimizó el hecho al ser cuestionado por reporteros sobre los robos en escuelas, acentuados durante los periodos vacacionales. “Prácticamente en estos días no hemos tenido reportes más que una sola institución… fue nada más un equipo de cómputo que tenían que pudieron entrar a una de las aulas y fue lo que se llevaron”, declaró el funcionario en entrevista.

La escuela llevó a cabo por cuenta propia algunas de las reparaciones necesarias para la reanudación de las clases. Sin embargo, su personal vive con el peso de la vulnerabilidad y el descobijo de autoridades de seguridad pública y educación.