El fundador de los Zetas regresa a México luego de la prisión en EE.UU.

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EUSKERA

Osiel Cárdenas Guillén, exlíder del Cártel del Golfo y fundador de Los Zetas, fue deportado este lunes a México desde Estados Unidos. El narcotraficante, conocido como “mata amigos”, cumplió más de la mitad de una condena de 25 años gracias a su buena conducta. Sin embargo, su regreso no significa libertad: fue trasladado directamente al penal del Altiplano, donde enfrentará procesos judiciales por delincuencia organizada, delitos contra la salud y lavado de dinero.

La entrega del capo ocurrió en el puente fronterizo de Tijuana-San Diego a las 9:25 a.m., y horas después fue trasladado al centro del país para ingresar a prisión. Cárdenas fue detenido en 2003 en Matamoros, Tamaulipas, tras un enfrentamiento con el ejército mexicano. En 2007, fue extraditado a Estados Unidos junto con otros 14 criminales, incluyendo a Héctor “El Güero” Palma, antiguo socio de Joaquín “El Chapo” Guzmán.

En Estados Unidos, el exlíder del CDG fue sentenciado en 2010 a 25 años de prisión y multado con 100,000 dólares, además del decomiso de 50 millones de dólares. La sentencia ocurrió en secreto debido a las negociaciones entre el capo y las autoridades estadounidenses. Parte del dinero decomisado fue destinado a agencias de seguridad del sur de Texas.

La Fiscalía General de la República (FGR) ha reactivado siete procesos federales contra Cárdenas Guillén, que incluyen cargos de homicidio, tráfico de drogas, lavado de dinero y posesión ilegal de armas. La FGR busca que sea condenado a más de 700 años de prisión por estos delitos.

Osiel Cárdenas fue responsable de transformar al Cártel del Golfo en una de las organizaciones criminales más poderosas de México. Se le atribuye la creación de Los Zetas, un grupo de exmilitares que inicialmente sirvieron como brazo armado del cártel, pero que después se convirtieron en una violenta organización independiente.

Durante su liderazgo, el CDG controló el tráfico de drogas entre Matamoros y Estados Unidos, generando millones de dólares en ganancias. A principios de los 2000, el FBI ofreció hasta 2 millones de dólares por información que llevara a su captura debido a su peligrosidad y violencia.