Si los narcocorridos no tienen un trasfondo oscuro, ¿por qué los artistas cantan para los capos y supuestamente reciben financiamiento para promover la violencia, las armas y las drogas?
EUSKERA
Los narcocorridos tienen un impacto grave en los jóvenes, según expertos. Estas canciones hablan de la vida de los narcos, lujos, autos caros, mansiones y fiestas. En sus letras parecen ofrecer una visión atractiva del crimen organizado, haciendo que muchos jóvenes los vean como un camino hacia la riqueza y el poder. Sin embargo, la realidad detrás de estas canciones es mucho más oscura, llena de sufrimiento, muerte y tragedia para aquellos que caen en las garras del narcotráfico.
La apología del delito que presentan los narcocorridos tiene un impacto peligroso. Estas canciones normalizan el uso de armas y drogas y glorifican la vida de los narcotraficantes como algo que vale la pena alcanzar. Los jóvenes, al estar expuestos a esta música, empiezan a ver el crimen como una alternativa atractiva especialmente cuando sienten que no tienen muchas oportunidades de vida.
Muchos de estos jóvenes, al unirse al narcotráfico esperan conseguir la vida llena de lujos que se describe en los narcocorridos. Sin embargo, la mayoría de ellos nunca logra ver esa parte del sueño. Terminan muertos, torturados o desaparecidos, con sus familias sin saber qué les pasó.

Un ejemplo claro de cómo el narcotráfico y los narcocorridos están conectados es el caso del cantante Gerardo Ortiz. Conocido por sus éxitos dentro del género de los narcocorridos, Ortiz ha sido acusado de colaborar directamente con el crimen organizado. El cantante participó en varios conciertos financiados por los narcotraficantes y su disquera, DEL Records, fue vinculada con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Aunque Ortiz se defendió diciendo que solo estaba haciendo su trabajo como artista.
Además de las acusaciones contra Gerardo Ortiz, el fenómeno de los narcocorridos se ha expandido con el éxito de otros artistas como Peso Pluma. Este cantante de corridos tumbados, una mezcla de narcocorridos con otros géneros musicales, también estuvo en la mira por su presunta relación con el Cártel de Sinaloa, específicamente con la facción de “Los Chapitos”. Peso Pluma ha sido señalado por varios medios y expertos en el tema como cercano a este grupo criminal, que es encabezado por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Según la periodista Anabel Hernández, Peso Pluma tiene vínculos con miembros importantes del Cártel de Sinaloa. Reveló en su podcast “Narcosistema” que el cantante tiene una relación cercana con personajes como “El Mini Lic” (Dámaso López) y “El Lagartijo”, ambos involucrados con el narcotráfico. Además, mencionó que “El Nini”, un narcotraficante detenido en Estados Unidos, fue uno de los principales responsables de financiar la carrera de Peso Pluma.

Esta conexión entre Peso Pluma y los “Chapitos” ha sido confirmada por varios testigos que estuvieron involucrados con el Cártel de Sinaloa. A pesar de estos señalamientos, la carrera de Peso Pluma sigue en ascenso y su fama solo crece. Los jóvenes siguen viendo en él un modelo a seguir, influenciados por las letras de sus canciones que hablan de fiestas, drogas y poder. Sin embargo, lo que no se muestra en estas canciones es el lado oscuro de esa vida, el cual está lleno de violencia y muerte.
El caso de Gerardo Ortiz y las acusaciones hacia Peso Pluma son ejemplos claros de cómo los narcocorridos no solo celebran el crimen, sino que también están estrechamente vinculados con el narcotráfico. Los narcocorridos se han convertido en un medio para normalizar el narcotráfico y la violencia, muchos jóvenes terminan creyendo que esta es la única manera de alcanzar el éxito.
La falta de oportunidades y la influencia de la música que glorifica el crimen, hace que muchos jóvenes caigan en la trampa del narcotráfico. Creen que pueden lograr la vida de lujo y poder, sin darse cuenta de que en la mayoría de los casos, el único destino que les espera es la muerte o la desaparición.
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