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El Kambó es un veneno obtenido de la rana Phyllomedusa bicolor, originaria de la selva amazónica. Desde hace siglos las comunidades indígenas de Brasil, Perú y Colombia lo han usado en rituales tradicionales para “limpiar el cuerpo” y fortalecer el espíritu. Aunque para estas culturas tiene un valor espiritual, su uso se ha extendido por el mundo como una práctica alternativa para tratar problemas como la ansiedad, la depresión e incluso enfermedades físicas. Sin embargo, esta sustancia ha generado gran controversia debido a los riesgos asociados y a las múltiples muertes reportadas tras su uso.
Durante el ritual se hacen pequeños cortes en la piel donde se coloca el veneno. Esto provoca una reacción inmediata en el cuerpo, incluyendo vómitos, diarrea, sudoración, mareos y en algunos casos alucinaciones. Estas reacciones son interpretadas por los practicantes como señales de “purificación”, pero en realidad son una respuesta del cuerpo a la intoxicación.
El Kambó actúa sobre el sistema nervioso y cardiovascular, provocando un aumento repentino de la presión arterial, náuseas intensas y deshidratación. Aunque algunas personas aseguran haber experimentado mejoras en su salud después del ritual, los médicos advierten que puede causar problemas graves como insuficiencia renal, daño hepático e incluso la muerte.
Hay quienes defienden el Kambó como un remedio milagroso. Aseguran que ha transformado sus vidas, ayudándoles a superar enfermedades crónicas o a aliviar problemas emocionales. Para ellos el veneno de rana es una herramienta poderosa que la medicina moderna no puede ofrecer.
Sin embargo, muchos expertos y médicos han señalado que no hay evidencia científica sólida que respalde estas afirmaciones. Además, el riesgo asociado al uso del Kambó es alto, especialmente cuando es administrado por personas sin conocimientos médicos.
Casos de muertes relacionadas con el Kambó han sido reportados en varias partes del mundo. En Durango una mujer falleció en un retiro espiritual tras ingerir este veneno. A pesar de sentirse mal y presentar vómitos y diarrea, los encargados del ritual no la dejaron salir, lo que agravó su situación.
Uno de los factores que lleva a las personas a probar el Kambó es la desesperación por encontrar alivio ante enfermedades o problemas emocionales como la ansiedad y la depresión.
Mientras algunos lo consideran un remedio real, para otros representa un peligro mortal. La falta de regulación, la desinformación y la presencia de charlatanes hacen que el uso del Kambó sea un riesgo para la salud.
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