La partida de Don Mario y su triciclo de nieves

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EUSKERA

Durango, Dgo.- En el cruce de Gómez Palacio e Independencia, algo parece haber cambiado para siempre. Esa esquina llena de vida, parece ahora un rincón despojado de su esencia. Y es que don Mario, con su triciclo de nieves de garrafa, ya no está.

Don Mario no era solo un vendedor de nieves; era un personaje entrañable de la comunidad, conocido y querido por generaciones. Su triciclo azul y su sonrisa formaban parte del paisaje urbano, un punto de referencia para todos los que pasaban por ahí, tanto los habitantes de siempre como los visitantes. Alrededor de su carrito, familias y amigos se reunían para disfrutar de un helado y compartir momentos que, sin saberlo, se convertirían en recuerdos entrañables.

Para muchos, la esquina no era solo un lugar de paso. Era un punto de encuentro donde los sabores de las nieves se entrelazaban con conversaciones sinceras y momentos de alegría. Las nieves de garrafa de don Mario eran frescas, pero también estaban llenas de historias, de consejos y de la calidez de alguien que sabía escuchar y acompañar con humildad.

Ahora, en el mismo lugar donde él solía estacionar su triciclo, se han colocado flores, veladoras y mensajes en su honor. La ciudad lo recuerda con respeto y cariño. Los habitantes pasan por esa esquina, miran los homenajes y sienten que el recuerdo de don Mario no se irá jamás. Sin embargo, el vacío sigue ahí: su saludo, su charla amena y su oferta de un fresco postre ya no formarán parte de la rutina.